12 de marzo de 2013

El coronel Martínez Inglés, juzgado en ausencia - Escrito del Coronel Martínez Inglés al Juez de la A.N.


El coronel Martínez Inglés,
juzgado en ausencia

 



   OBEDIENTE a las leyes vigentes, por ilegales que parezcan al sentido común, el coronel Amadeo Martínez Inglés se presentó por tercera vez ante la Audiencia Nacional, para responder de un presunto delito de calumnias e injurias graves a la Corona, vertidas en un escrito titulado “¿Por qué callas?”. Como puede suponerse, la frase es réplica a la que su majestad el rey católico largó al presidente elegido por el pueblo venezolano, Hugo Chávez, cuya muerte estamos llorando estos días, con el vano propósito de impedirle opinar. Es la costumbre borbónica de coartar la libertad de opinión, heredada de Fernando VII.

   Esta vez la citación se la hizo el Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional en la calle de Goya. Antes ya había comparecido en sus sedes de las calles de Génova y Prim, dado que la Audiencia Nacional utiliza a todo Madrid como sala de vistas contra cuantas personas considera delincuentes, entre otros los que pretenden pensar con libertad en el reino.

   Aunque el juez le había prohibido que compareciese con uniforme militar, según hizo en las ocasiones anteriores, el coronel había replicado por escrito que si el juez utiliza la toga con puñetas como uniforme distintivo de su profesión, él tiene derecho a vestir el uniforme militar, del que se siente orgulloso y con el que ha ganado varias condecoraciones tras intervenir en operaciones arriesgadas.

   Como de costumbre, la audiencia fue secreta. Los republicanos que nos habíamos reunido ante la puerta del Juzgado para acompañar al coronel tuvimos prohibida la entrada. Una dialogante y tranquila vasalla de su majestad trató de convencer a los policías custodios de la puerta de que somos personas pacíficas, pero el defensor de las leyes monárquicas replicó que la sala de vistas es pequeña, y se llena con los jueces, abogados y reo. Ella propuso que permitieran entrar a tres en representación de los demás, pero el defensor del orden establecido respondió claramente que las órdenes recibidas decían que nadie debía entrar a la vista contra el coronel. Y no hubo más que hablar.


Exposición de motivos

   Dado que Martínez Inglés se negó a contratar un abogado, le habían designado a una letrada de oficio, que naturalmente no sabía nada del tema, ni le importaba. Por eso él mismo le dijo al juez que no ha cometido ningún delito con la escritura de ese artículo, en el que pregunta al rey por qué no dice nada sobre la corrupción que rodea a la llamada casa real, asediada por escándalos financieros, económicos, cinegéticos, sexuales, y de toda índole. Manifestó que todo lo relatado en “¿Por qué te callas?” lo había redactado en un escrito dirigido al Congreso de los Diputados, en el que relaciona los sucesos presuntamente delictivos cometidos por su majestad, sin que haya tenido más respuesta que la de haberse recibido. También lo ha expuesto en libros que están publicados.

   Por todo ello, declaró que se negaba a ser juzgado como un terrorista o traficante en drogas, que son los delitos que debe considerar la Audiencia Nacional. Le replicó su señoría que si rehusaba comparecer como acusado, se le juzgaría en ausencia, en cuyo caso el tribunal aceptaría las peticiones del fiscal, es decir, la condena a quince meses de prisión y el pago de las costas, unos dos mil euros. Le contestó el coronel que le mandase directamente a prisiones militares, ocasión que aprovecharía para terminar de escribir un libro que tiene entre manos ahora. Y se marchó, por lo que es probable que se la haya juzgado y condenado en ausencia.

   Creían que la grandiosidad de la Audiencia Nacional iba a acobardar al coronel Martínez Inglés, sin caer en la cuenta de que se ha enfrentado a enemigos más peligrosos y mejor armados, y ha salido victorioso e incluso condecorado.

   Según nos comunicó a los periodistas y amigos que le esperábamos, recurrirá la sentencia en todas las instancias nazionales (no es errata), y llegará si fuera preciso hasta el Tribunal Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo, que ya ha condenado en otras ocasiones al reino de España por el ejercicio medieval de su Justicia.


Quién es Martínez Inglés

   Amadeo Martínez Inglés nació en Zaragoza en 1936, ciudad en la que ingresó en la Academia General Militar en 1953. Con el grado de teniente participó en la guerra de Ifni, siendo propuesto por sus arriesgadas operaciones para la concesión de la Medalla al Mérito Militar. Se diplomó en Estado Mayor en 1969, y también lo está por la Escuela de Guerra argentina, además de ser especialista en Estados Mayores Conjuntos, carros de combate, paracaidismo militar, unidades motorizadas, operaciones aeronáuticas y fotointerpretación Ha ocupado puestos importantes en la cúpula militar, y está en posesión de numerosas condecoraciones, entre ellas tres cruces del Mérito Militar de primera clase, y la Cruz y la Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

   Pese a ello, padeció persecuciones por parte de sus superiores después de la muerte del dictadorísimo (antes los discrepantes eran ejecutados), por querer democratizar el Ejército heredero del sublevado en 1936. Su propósito de abolir el cumplimiento obligatorio del servicio militar, la impopular mili, le costó arrestos y reconvenciones, porque los mandos no querían verse privados de unos criados para todo gratis total, que eso eran los españolitos reclutados. Pero por fin lo consiguió.

   Amadeo Martínez Inglés es autor de libros de enorme repercusión, como España indefensa, La transición vigilada, 23-F: el golpe que nunca existió, El Ejército español: de poder fáctico a ONG humanitaria, Juan Carlos I, el último Borbón, y La conspiración de mayo. La editorial Styria, que los estaba publicando, sufrió toda clase de problemas, hasta verse obligada a cerrar para evitarlos. La Editorial Espasa-Calpe, que le había contratado la publicación de uno de esos títulos, de pronto decidió que rompía el compromiso por haberlo desaconsejado un informe. Así que sus dos últimos libros están colgados en Internet, donde  todavía no alcanza la larga mano que empuña el cetro real.

   Esta historia no es medieval, sino que se ha representado el 12 de marzo de 2013, en el XXXVII año triunfal del reinado de Juan Carlos I, rey por la gracia del dictadorísimo genocida al que juró fidelidad. Contadla al mundo.


Arturo del Villar
Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio



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Escrito del Coronel Martínez Inglés
al Sr. Juez de la A.N. (12/03/2013)



 

Al Sr. Juez del Juzgado Central
de lo Penal de la Audiencia Nacional



   Don Amadeo Martínez Inglés, Coronel del Ejército español diplomado de Estado Mayor, Escritor e Historiador militar


   Personado en el día de hoy, 12 de marzo de 2013, a las 11,30 horas, en la Secretaría del Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional tras ser citado por una resolución del Sr. Juez titular de ese Juzgado para asistir al acto del juicio oral en el Procedimiento Abreviado 54/2012, le manifiesto lo siguiente:


PRIMERO .-


   El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en la resolución que emitió a mediados de 2011con motivo del recurso a tan alto Tribunal elevado por el ciudadano español Arnaldo Otegui, condenado por la Audiencia Nacional a un año de prisión por injurias al rey de España sobre la base de lo que especifica el artículo 490.3 del Código Penal español, dejó bien claro que el citado artículo vulnera el legítimo derecho a la libertad de expresión, un derecho fundamental de la persona humana recogido fehacientemente tanto en la legislación de Naciones Unidas como en la de la Unión Europea, instando a las autoridades españolas a eliminarlo urgentemente de su ordenamiento penal al mismo tiempo que condenaba al Gobierno español a pagar al recurrente una indemnización de veinte mil euros por dañar ese derecho.

   Resolución del alto Tribunal Europeo que, en enero de este mismo año 2013, ha sido corroborada en todos sus extremos por una solemne declaración oficial de la Unión Europea en la que rechaza de plano como contraria a los derechos fundamentales del ciudadano en el marco de cualquier Estado democrático y de derecho, la condena impuesta por la justicia tailandesa a un editor de esa nacionalidad que se “atrevió a publicar” un artículo periodístico presuntamente injurioso contra su rey.


SEGUNDO.-


   El Congreso de los Diputados de las Cortes Españolas tiene en su poder, desde septiembre de 2005 en el que recibió un primer y exhaustivo documento de 40 páginas remitido también al presidente del Gobierno de la nación y a las más altas instituciones del Estado, cinco prolijos Informes redactados por el historiador militar que emite la presente declaración (unos 300 folios en total) en los que, después de casi treinta años de estudios e investigaciones y con abundantes e irrefutables indicios racionales de culpabilidad, se denuncian variados y presuntos delitos del todavía rey de España, Juan Carlos de Borbón, y se pide la creación de una Comisión Parlamentaria que depure sus presuntas responsabilidades. Del último de estos informes, remitido en diciembre de 2011, el Congreso de los Diputados acusó recibo señalando que había sido trasladado a la Comisión de Peticiones para su “estudio y tramitación”.


TERCERO.-


   En el artículo periodístico ¿Por qué te callas? que, según la Fiscalía de la Audiencia Nacional (instada con total seguridad por el órgano jerárquico superior) y sobre la base del ya mencionado e invalidado por la jurisdicción europea artículo 490.3 del CPE, constituye por sí mismo un presunto delito de calumnias e injurias graves contra la corona, sólo se exponen una vez más, con un lenguaje desenfadado, moderno, quizá impertinente pero muy común en los periódicos digitales y redes sociales de Internet para los que fue redactado y en los que vio la luz, esos presuntos delitos y graves irregularidades cometidas por el todavía rey de España, Juan Carlos I, tanto en su juventud como en su ya largo reinado, puestos reiteradamente en conocimiento, como acabo de señalar, de las Cortes Españolas, del Gobierno de la nación y de las más altas instituciones del Estado en súplica de que una comisión interparlamentaria pudiera investigarlos y exigir las correspondientes responsabilidades históricas en el caso de que, constitucionalmente, no pudieran ser perseguidos por otra vías.


CUARTO.-


   Relación de hechos presuntamente delictivos a cargo del actual Jefe del Estado español que a día de hoy, y después del aluvión de noticias e informaciones que han visto la luz en los últimos meses en diferentes medios de comunicación españoles y extranjeros (Escándalo de la cacería de elefantes en Botsuana, declaraciones de la “amiga entrañable” del rey con pulsera millonaria incluida, usufructo por parte de la misma de bienes del Patrimonio Nacional, presuntas misiones institucionales y clasificadas a cargo de la misma señora en beneficio del Estado, trama Nóos del yernísimo Urdangarín con imputación del secretario de las infantas, llamada a declarar del abogado externo del monarca, posible imputación de la duquesa de Palma y, en suma, hipotético tráfico de influencias a cargo de la Casa Real…) debería ser substancialmente corregida y aumentada.

   Informaciones y revelaciones sobre la escandalosa vida pública y privada del Jefe del Estado español (la ya citada compañera de caza y “asesora estratégica” llegó a usurpar el puesto institucional de la mismísima reina Sofía) que le llevó en abril del año pasado a pedir perdón (público, notorio y mediático) a sus sorprendidos y encorajinados súbditos, algo insólito en la historia de España.


QUINTO.-


   Todos estos acontecimientos que afectan gravemente a la Casa Real han devenido en un gran escándalo nacional e internacional que ha llevado a la corona española a uno de los momentos más graves de deterioro y rechazo por parte de la ciudadanía. Y es por todo ello por lo que resulta especialmente grotesco, ridículo, rechazable y totalmente fuera de lugar que, como es muy común en este país de cortesanos y genuflexos ante el poder, se pretenda una vez más cargar el sambenito de la disipada vida de un monarca como el actual y último Borbón, al mensajero, a aquél profesional de la historia y la investigación que con sus estudios y esfuerzos durante muchos años ha conseguido clarificarla, desvelarla y ponerla a disposición de sus compatriotas.


SEXTO.-


   La señora representante del ministerio fiscal en el, a todas luces, ilegal Procedimiento que se me sigue en la Audiencia Nacional por “presuntas calumnias e injurias graves contra la corona” (España pertenece a la UE y debe respetar y adecuar su legislación represiva a los cánones que imperan en la misma), afirma con tanto descaro como falta de rigor que este profesional escribió el artículo periodístico ¿Por qué te callas? con el “propósito de menoscabar y dañar el prestigio de la más alta representación del Estado”. Dejando de lado que esta aseveración constituye en sí misma un auténtico y rechazable juicio de intenciones, resulta meridianamente diáfano que la señora fiscal no lee últimamente los periódicos, ni oye la radio ni ve la televisión. Puesto que si lo hubiera hecho, aunque de forma esporádica, a lo largo de los últimos meses se hubiera dado cuenta de que para “menoscabar y dañar el prestigio de la más alta representación del Estado” el actual titular de la corona española, el rey Juan Carlos I, no necesita a nadie, se basta y sobra él solito; acompañado y auxiliado, eso sí, por alguna que otra dama enjoyada de muy buen ver y por su extraña y variopinta familia.


Madrid, 12 de marzo de 2013


Fdo: Amadeo Martínez Inglés
Coronel. Historiador. Escritor.


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